En busca de supervivientes.

Apreté los dientes cuando me quitó el chaleco. La sangre había hecho que la tela se pegara, y lo mismo pasó con la camiseta. Con cada respiración el dolor era horrible, y me temblaban las manos y las piernas. Eché la cabeza hacia atrás cuando empezó a echarme agua por encima. Tragué saliva y cerré los ojos.

-Lo siento- siseé con voz ronca-. La he liado bien.

-No podías saberlo. -respondí sin alzar la vista, enfrascado en sus heridas.

Usé gasas para limpiar los restos de sangre y agua oxigenada para desinfectarla pues los polvos antisépticos no eran la mejor opción estando así de herida. Me llevé otro paquete de gasas a la boca y lo abrí con los dientes. Volvía a tener las manos manchadas de sangre, se convertía en costumbre. Volví a limpiar las heridas y saqué el estuche con aguja e hilo de sutura.

Enhebré la aguja con cuidado y la miré.

-¿Lista?

Inteligencia 8
Medicina 5
Sanitario
3d10x2
2d6x2

El miembro 'Jacques' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

#1 'd10' : 10, 8, 8

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#2 'D6' : 5, 1

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#3 'd10' : 9, 1, 2

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#4 'D6' : 5, 3

Apreté los labios y respiré fuerte por la nariz. Asentí con la cabeza y me mordí el labio inferior cuando clavó la aguja para empezar a coser la herida del costado. Cerré los ojos y volví a apoyar la cabeza en el respaldo del coche. Sudaba a mares. Y tenía un frío de cojones.

Cuando acabé de coser volví a limpiarle las heridas con agua para seguidamente vendárselas con cuidado.

-No vas a volver a salir en unos días. -murmuré mientras le sujetaba las vendas con esparadrapo. La miré unos segundos para ver si estaba bien y salí del coche abriendo la puerta del conductor y el maletero. Saqué una manta de atrás y la ayudé a salir del coche envolviéndola en ella para seguidamente sentarla delante. La parte de atrás estaba hecha un estropicio.

-Te llevaré al refugio.

-El ciervo- repetí, aferrando los dedos de una mano a su chaleco cuando me ayudó a sentarme delante-. Es un ciervo joven, no pesará demasiado. Les daremos una alegría después de lo de Joanna y Mary.

Asentí cuando volvió a menecionar el ciervo.

-No salgas pase lo que pase. -le dije a la par que cerraba la puerta y me separaba de la ventana para volver al jardín.

Entré en el jardín apuntando a mi alrededor y avancé lentamente hacia el ciervo. Me quedé unos segundos de pie apuntando al interior de la casa y cuando no detecté movimiento me colgué el rifle a la espalda, tomando el ciervo y cargándolo a duras penas.

Lo llevé hasta el coche y lo metí en la parte de atrás. Ya estaba llena de sangre, un poco más no iba a importar. Cerré la puerta y di la vuelta al vehículo hasta subir al asiento del conductor. Dejé el fusil entre las piernas de la mujer y abrí mi chaleco sacando una ampolla de plástico envuelta en papel. La abrí con la boca mientras arrancaba el coche con la mano libre. La misma tenía una pequeña aguja la cual clavé en el muslo de la mujer y apreté, vaciando el contenido en su organismo.

Di marcha atrás lentamente para volver por donde habíamos venido.

Sorbí por la nariz cuando me quedé sola, y apoyé la cabeza en el respaldo, cubriéndome bien con la manta, tiritando. Sentía un escozor y una quemazón en el mordisco del cuello muy intensos, y los puntos del costado tiraban cada vez que daba una bocanada de aire. Le vi inyectarme la ampolla y cerré los ojos.

-Comida por supervivientes- murmuré en una ocasión. Prefería no dormirme.- No está mal.

-Nada mal. -respondí mientras conducía.

Iba a una buena velocidad sin excederme en la misma. De vez en cuando la miraba y le abría la manta para comprobar si las heridas le sangraban. Había escapado por muy poco de esta y solo habían sido tres de esas cosas en el jardín de una casa. No quería imaginar lo que pasaría el día que fuéramos a la ciudad.

-Llegaremos pronto. -le murmuré llevándome un cigarro a la boca. -Aguanta.

Tema cerrado.