Descanso

Decidimos buscar un sitio para descansar tras ver el estado de Emily. Si esas cosas nos encontraban mientras cargabamos con ellas no podríamos huir. Nos metimos en un edificio y aseguramos uno de los apartamentos del mismo.

Cerré la puerta tras entrar a una de las habitaciones del piso. Danger se había quedado en el sofá del salón a descansar. Dejé a Emily sobre la cama y tomé una silla colocada frente a un escritorio. La coloqué delante de la cama y me senté en ella, observándola. No sabía si estaba muerta o había perdido el sentido, pero prefería pecar de paciente que darla por muerta y dejarla a su suerte. Y así espere durante un par de horas.

Recuperé la conciencia, y nada más hacerlo, abrí los ojos como platos, sentándome a la vez rápidamente. Miré abajo y me di cuenta de que estaba en una cama, tapada con una sábana. Miré a mi lado y vi ahí a Scott sentado en una silla. Sonreí abiertamente, enseñando los dientes.
-¡Hey, tú!- le saludé animada -¿Estabas preocupado por mi?- pregunté -Tú... Vosotros... ¿Me habéis traído hasta aquí? Aw...

Asentí ante su segunda pregunta.

-Te quedaste inconsciente mientras caminabamos y te he traido hasta aquí. Te velaba.

La miré observándola con detenimiento. -¿Estás bien? ¿Necesitas algo? -pregunté.

-Aww...- volví a hacer, enternecida -Scott, eres toooodo un caballero. Ojalá mis novios hubiesen sido la mitad que tú. Estoy bien, genial- contesté finalmente, sonriendo. -Es la primera vez que me pasa algo así, quizás ha sido agotamiento del cuerpo- me quité las manos y vi que las heridas estaban sanando.

-Puede ser, si. -respondí.

Coloqué la mochila entre mis piernas y rebusqué hasta sacar algo envuelto en papel de plástico sucio. Era lo que había podido encontrar para envolverlo y dudaba que le fuera escrupulosa en cuanto a ello. Lo miré un segundo y finalmente se lo tendí.

Miré lo que me tendía, y lo cogí.
-¿Qué es?- pregunté mientras lo ponía encima de mis piernas, con la sábana cubriéndolas, y desenvolvía el papel de plástico. -Oh...- me sorprendí al ver que se trataba de un corazón -¡Que romántico Scott!- bromeé -¿Es tu forma de declararme tu amor?- reía no por burlarme, sino porque estaba contenta. ¿Cuando había sido la última vez que había reído de alegría? -No, en serio, gracias. De verdad. Significa mucho para mi, y sé lo que te debe haber costado a ti.

Sonreí al ver su alegría y bajé la cabeza ante su agradecimiento. Era extraño que la primera vez que viera la alegría pura desde que el apocalipsis comenzó fuera de alguien que ya estaba muerto.

-Supuse que tendrías hambre cuando te despertaras y no sabía exactamente qué traerte. Supuse que el corazón sería algo bueno para comer.

-Si, lo es. Aunque bueno, no creo que sea agradable para ti escuchar cual es el órgano que más me gusta y cual el que menos.- envolví de nuevo el corazón. No me gustaba comer delante de él. -Oye, Scott. ¿Puedo hacerte una pregunta? No pareces el típico sacerdote, ni cura, ni capellán. ¿Estuviste siempre vinculado a la iglesia?

-A Dios, más bien. -respondí. -Al principio creía que la Iglesia y Dios eran lo mismo, con el tiempo y la experiencia me di cuenta de que no. Los ideales de la Iglesia distan mucho de ser los ideales cristianos reales. Que algo que debería propagar la fe y su bien se dedique a controlar a sus fieles a su antojo, diciéndoles qué pueden y qué no pueden hacer no creo que fuera lo que Dios tenía en mente para nosotros. Tu devoción no se mide en unos actos triviales u otros.

Reí suavemente cuando terminó de hablar.
-Yaaa... La iglesia ha hecho demasiado daño a lo largo de la historia. Nunca creí en la iglesia, aunque cuando era niña mis padres me obligaban a ir tooodos los domingos.- me lo quedé mirando un rato, aun con más curiosidad -Entonces... ¿Estuviste desde niño siempre vinculado a Dios? ¿Provienes de una familia religiosa?

-De una familia desectructurada, más bien. Pasaba mucho tiempo en la Iglesia pues mis padres usaban a las monjas como niñeras día si día también. De ahí y poco a poco nació mi fé. -respondí.

-Mis padres eran creyentes, pero no practicantes.

Puse una mano encima de la suya.
-Lo único que importa al fin y al cabo, es que eres una buena persona. No importa que sea lo que te motive mientras lo haga, pero espero que tengas la suficiente fortaleza para aguantar todo esto, y la suficiente perseverancia para no perderte a ti mismo.- le miré un rato -¿Estás enamorado de Hollywood?

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Carisma 10 + Interrogar 2

El miembro 'Emily Skitter' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

'd10' : 7, 7, 1

Alcé una ceja ante la pregunta al entender que se refería a Danger. -No lo sé. -respondí. -Sencillamente no lo sé. Nunca me lo había preguntado desde esa perspectiva.

Sonreí mirándole cuando contestó, y me quedé pensando en como se desmoronaría si alguno de los dos se perdían el uno al otro. Hubo unos segundos de silencio, y entonces vi el armario que había detrás de él.
-¡Oh!- exclamé -¡Pero mira que vestido!- aparté la sábana y me levanté de la cama, con los pies descalzos, para acercarme al armario. Lo cogí de la percha y se lo enseñé -¿Has visto esto? ¡Es precioso!- me lo puse delante, sujetándolo por la percha, y miré como me quedaba de largo.

La observé levantarse y dirigirse con vehemencia al armario, algo confundido por tanta efusividad.

-Es... muy bonito, si. -respondí sin saber muy bien cómo actuar. Parecía estar ajena a la situación que nos rodeaba, o más bien, experimentada en ella hasta el punto de no temerla. Sonreí al ver cómo se colocaba el vestido delante.

-Tengo que probarme esto, como me quede bien será mío. Oh, que preciosidad- me giré empecé a deshacerme de toda la ropa que llevaba. Las marcas de la leucemia seguían presentes como recordatorio perpetuo sobre mi vientre y espalda.

Entrelacé los dedos y bajé la mirada al suelo cuando comenzó a desnudarse. Era de esperar que no tuviera pudor alguno. Mantuve la mirada fija en el suelo hasta que terminó de vestirse y volví a erguirla, mirándola una vez más.

-¿Y bien?- pregunté girando sobre mi misma -¿Qué te parece? ¿Estoy... toda buenorra?- reí. Me encantaba el hecho de que la falda fuese tan pomposa, y ese bordeado negro aun le daba un toque más bonito.

Sonreí al ver cómo disfrutaba con el vestido. -Te queda muy bien, si. -respondí. -Me gusta.

Separé las manos y los dedos al hablar y cerré la mochila pues la había dejado abierta.

-Me lo voy a quedar. Uh...- saqué ropa de hombre que también había colgada en el armario -Me encanta cuando un tío lleva esto- le enseñé una camisa vaquera -¡Toma!- se la tendí -Pruebatela, a ver que pantalones hay por aquí... mmm...- seguí buscando.

Alcé las manos hasta coger la camisa vaquera y la observé, pero non hice ademán de ponermela. -El equipo que llevo es bastante cómodo y útil, no necesito ropa, pero gracias. -respondí comenzando a doblar la camisa.

-¡Vamooos!- dije frunciendo ligeramente el ceño -Es blanco y estás muy sucio... Veeengaaa, pontela- empecé a hincarle los dedos en las costillas -Vamoooos

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Carisma 10 + Labia 5
+2 Convencer

El miembro 'Emily Skitter' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

'd10' : 3, 3, 8

Suspiré. -Pero luego me volveré a poner mi equipo. -respondí mientras me levantaba.

Me quité el chaleco y lo dejé sobre la cama con cuidado al igual que las protecciones, seguidamente me quité la camisa, la cual doblé y dejé junto al chaleco. Tomé la camisa vaquera y la agité para deshacerla y comencé a abrirla para ponermela.