Nuevos inquilinos

-Bien- asentí con la cabeza y le di unas palmadas en el hombro -Gracias tío, sois buena gente.- me terminé el cigarro yo también y lo tiré al suelo, lo pisé para apagarlo. Saqué la botella de whisky sin empezar de la mochila y la abrí, di un buen trago y después se la tendí. -Salud-.

Observé la botella durante un segundo. El alcohol no era algo que se viera a menudo y no me iba a venir para nada mal amortiguando el dolor de las heridas. Tomé la botella por el cuello y me la llevé a la boca, la incliné y di dos tragos seguidos para seguidamente carraspear. Se pasé la manga por la boca y se la tendí para devolversela.

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