Nuevos inquilinos

Estaba jugando a cartas con Pam y Pete. Resultaban ser muy buenos los dos, así que cuando conseguía ganarles alguna vez me sentía satisfecha y me reía ante su sorpresa y sus insultos en broma.
Indhira estaba vigilando, subida a lo alto de la camioneta, en una silla. Con su arma en mano, agua, y algunas cosas básicas para no tener que moverse de ahí en las horas que durara su vigilia.

En esos momentos, Indhira ve un grupo a lo lejos, corriendo, y cargando entre dos a una persona que parece muy herida.

Me levanté de la cama con algo de pesadez. Notaba el cuerpo entumecido por la falta de ejercicio. Me llevé la mano al hombro y lo moví en circulos emtiendo un gruñido antes de caminar hacia mis cosas.

Habían tenido el detalle de lavarme el uniforme y el detalle más grande de no quitarme ninguna de mis cosas. Me vestí lentamente y me puse el chaleco como pude. Me costó rodearme el cuerpo con el fusil pero finalmente lo conseguí, dejando que colgara de mi por la correa. En si, lo que más me costó fue atarme las botas.

Cuando ya estuve listo bajé escalon a escalon y despacio las escaleras, apretando los dientes de cuando en cuando.

La punta del cigarrillo que llevaba en la boca se movió hacia un lado cuando la abrí un poco. Me levanté con el subfusil en las manos. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, bajé de un salto de la camioneta.

- ¡Pam!- grité- ¡Llamad a Jacques!

- ¡Ayuda, por favor!- pidió el que primero se acercó a la puerta de hierro, levantando las manos- ¡No disparéis! ¡Necesitamos ayuda!

Me acerqué a los barrotes y quité el candado y los pestillos para abrir.

Entramos tan pronto como nos abrieron. Todos ibamos sucios, manchados de sangre seca, hacía semanas que no nos bañábamos.

-¡Por favor ayuda!- exclamó Rebecca. Ian y yo dejamos con cuidado a Tony en el suelo, que se quejó de dolor una vez tumbado. Con las manos temblorosas intentaba meter hacia dentro los intestinos que le sobresalían. Estaba blanco, con los labios morados, y respiraba fuerte y entrecortadamente. Temblaba como un flan.
-¡Mierda Ian!- exclamé hincando la rodilla en el suelo y cogiéndole fuerte la mano para darle ánimo -¡No me seas capullo, joder! ¡Aguanta!- me volví bruscamente a la mujer que nos había abierto, y enseguida fui a ayudarle a cerrar las verjas -Una cosa nos perseguía- le dije limpiándome con la manga el sudor que me caía por la frente -Conseguimos aturdirlo, pero está por la arbolada no muy lejos de aquí.

Salí de detrás de la casa al escuchar gritos, pues estaba vigilando por la parte trasera del vallado. Entorné los ojos observando la escena mientras fumaba.

-Estaremos preparados- dijo Indhira al chaval que la ayudaba a cerrar la puerta.

Le di una buena calada al cigarrillo y lo tiré para coger bien la Mossberg con las dos manos. Dudé que el tipo de las tripas fuera sobreviviera.

Salí al porche y bajé las escaleras del mismo frunciendo el ceño y arrugando la cara por el cambio de luz mientras caminaba hacia el grupo. Habría corrido, pero capaz era de desangrarme por el camino. Igualmente me fui descolgando el botiquín mientras andaba.

Me acerqué con el resto del grupo, y ayudé a Jacques a caminar para servirle de apoyo.
-Me alegra ver que ya puedes caminar de nuevo.- le dije mientras nos dirigíamos hacia el hombre tumbado en el suelo y retorciéndose. Una vez ahí le solté y me puse la mano delante de la boca. No tenía buena pinta el aspecto de esa herida.

-Traed el somier- le dijo Indhira a Pete cuando se acercó, y este salió corriendo.

-Ven, chico- le dijo Pete a Ben, que se había quedado blanco de ver al herido.

Yo pasé de largo y me acerqué a la verja, quedándome a una distancia prudencial. Si algo les perseguía, seguramente lo habían traído hasta nosotros. Entorné los ojos para enfocar la vista entre los árboles.


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Percepción: 6

El miembro 'Viper' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

'd10' : 6, 9, 7

Me separé de Vi cuando llegamos al herido y me arrodillé frente a él. Usé la cantimplora para lavarme las manos y abrí mi botiquín sacando lo que necesitaba.

Lo miré. -Te va a doler. -dije antes de sujetar sus intestinos y empujarlos hacia dentro. Se escuchó un sonido desagradable pero poco a poco y con cuidado los conseguí recolocar dentro de su cuerpo. Por mucho que lo curara iba a ser cuestión de suerte si sobrevívia a o no.

Limpié la herida con una gasa y agua para seguidamente comenzar a coserlo lo más rápido que podía permitirme. No estabamos en el mejor entorno para tratar heridas. Suspiré y me pasé la mano por la frente antes de seguir cosiendo.

Medicina 5+3
Inteligencia 8

El miembro 'Jacques' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

#1 'd10' : 3, 6, 1

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#2 'D6' : 6, 3

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#3 'd10' : 5, 10, 8

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#4 'D6' : 3, 1

Escuché a mi colega soltar alaridos de dolor. No tenía buena pinta. Observaba a distancia con el semblante enfadado y cruzado de brazos.
-Puta mierda, joder.- me puse un piti en la boca y lo encendí con el mechero. Di unas cuantas caladas y eché el humo por la nariz. Una Rebecca encogida se acercó a mi sollozando, preocupada, y me abrazó. Yo la abracé con solo un brazo, aun mirando como el médico hacía su trabajo. No podía creer la suerte que habíamos tenido de que nos abrieran la puerta y un médico de verdad le atendiera. Otros nos hubieran acribillado y se hubiesen quedado con nuestras cosas. Miré a la mujer que nos había abierto y asentí con la cabeza, dándole así las gracias.

Cuando terminé de coser vendé la herida colocando una gasa debajo y alcé la mirada mirando al resto. -Llevadlo dentro y que coma carne en cuanto pueda. -dije mientras apoyaba una mano en el suelo y empujaba, levantandome con pesadez.

Dejé escapar el aire de mis pulmones y miré en dirección a la verja.

-Gracias tío..- dijo Ian estrechando su mano -Gracias de verdad.- asintió con la cabeza mientras le estrechaba la mano.
Rebecca dejó de abrazarme y miró a todos, se cruzó de brazos aun con el cuerpo encogido. Yo me quedé ahí quieto, eramos unos extraños en su grupo y ahora todas las miradas se centraban en nosotros.
-Yo soy Ian- dijo él, un hombre con gafas que habíamos conocido justo cuando todo empezó -Soy policía, bueno, era policía- rectificó. -Ella es Rebecca, Jason, - iba señalando con la mano -Dorian, Kevin, Sara, Donnie, y Tara.

Bajé la vista con un asentimiento cuando el muchacho me miró y me dio las gracias de forma muda. Entonces llegaron Pete y Ben con la improvisada camilla y entre los dos y otro par de chicos acostaron al herido para llevarlo dentro. Si sobrevivía, es que Muerte era un poco cabrón.

-Me llamo Indhira- les dije.

Habría que presentarse más de una vez, con tanta gente de golpe.

-Pasad dentro. Hay sofás, y comida. Sam- le dije al chico que se acercara-. Encárgate de que coman algo.

Alcé la mano a modo de saludo y eché a caminar en dirección a la casa, ya que me llevaría mi tiempo. Llevé la mano a mi chaleco mientras tanto, sacando la cajetilla de cigarrillos y uno de la misma. Me lo llevé a la boca y lo encendí entre paso y paso, dando una larga calada.

Todos parecieron quedarse de piedra, como si no hubiesen oído bien, nos miraron un rato y luego se miraron entre ellos. Finalmente hicieron caso y echaron a andar hacia la casa. Como eramos pocos desde las bajas, decidí ir a ayudar para servir la comida a los nuevos inquilinos.

Volví a tomar mi posición en la camioneta, vigilando por encima de la valla, inquieta por la posibilidad de que lo que les perseguía llegara hasta allí. Vi a Viper mirando hacia la arboleda, supuse que con el mismo pensamiento, y me senté en la silla.

Me senté en el porche y apoyé el rifle entre mis piernas mientras me llevaba el cigarro a la boca. Tenía las manos manchadas de sangre, raro era cuando no era así. Suspiré y expulsé el humo con suavidad mirando en dirección a la verja. A saber qué era lo que les había atacado.

La casa era una puta pasada, que pareciera un colador aun le daba más personalidad. La comida fue lo mejor que había comido en mi vida, obviando las hamburguesas con queso que me comía a las 6 de la mañana y los kebabs después de volver de fiesta. Todos producíamos tantos gemidos por la comida que parecía que nos estabamos montando una orgía en la cocina.

Al terminar algunos colegas se quedaron con Tony, que se había quedado dormido. Los demás preferimos posar el culo en los sofás y relajarnos un poco después de jalar.

Al cabo de viente minutos me apeteció terminarme el piti que me había empezado a fumar antes, y salí al porche a fumarlo. Entrecerré los ojos por el sol, con el piti apagado en la boca mientras buscaba el mechero, y miraba a mi lado al médico, por el uniforme, militar. Miré las insgnias. Me encendí el medio cigarro y lo avivé con unas cuantas caladas, sin usar las manos para sujetarlo.
-Bonito rifle- le quitándome el cigarrillo de la boca, usando dos dedos. Señalando un momento con la otra mano. -¿Sanitario de campo?- solté el humo  hacia arriba.

Alcé la mirada cuando escuché la voz y di un fugaz vistazo al rifle cuando lo mencionó. -Es fiable. -contesté mientras me llevaba el cigarro a la boca. Di una calada y asentí a su segunda pregunta mientras expulsaba el humo en sun suave soplido.

Asentí con la cabeza yo también cuando el afirmó mi pregunta. Me volví a poner el cigarro en la boca mientras aspiraba.
-Sois pocos- dije -Para este refugio, me refiero. ¿O es que ha salido una patrulla?

-Hace una semana nos atacaron y mataron a siete. -respondí volviendo a dar otra calada. -Y antes de eso perdimos a tres más en una salida.

Solté el humo con suavidad y me pasé la lengua por los labios antes de volver a llevarme el cigarro a la boca.

-aaah...- gruñí pasándome la mano por la cara -La gente cae como moscas. Nuestro grupo ha ido variando, unos se iban y otros venían.- hice una pausa, mirando abajo aun pensando en las muertes de mis colegas -Podemos ser útiles si dejáis que nos quedemos- le dije.

-Todo el que se quiera quedar es bienvenido. -le contesté matando el cigarro con una última calada y usando el pulgar y el indice para lanzarlo lejos. Expulsé el humo con suavidad y me humedecí los labios haciéndolos desaparecer para lamerlos. -Nos vendrá bien ayuda para reconstruir esto.