El guerrero, la doncella y la renegada.

Terminé de comer y me chupé los dedos para limpiarlos. Luego me puse los guantes.
-¿Veredicto, señor?

La observé unos segundos después de que acabara y deshice la postura, levantándome y echando a andar escaleras arriba, rumbo al apartamento.

Ambos regresamos al apartamento.
-Vamos a tapar la puerta para que no puedan entrar. Estaremos así más tranquilos- les dije.

Estaba paseando por el piso, nerviosa, inquieta, de un lado a otro. Entré en todas las habitaciones, lo registré todo para asegurarme, pero no había rastro de ninguna presencia. Me pareció que tardaban demasiado, así que estuve a punto de bajar a buscarles, pero entonces volvieron. Asentí con la cabeza a las palabras de Emily.

-Podemos mover esa cómoda- dije señalando un mueble que parecía bastante pesado.

Me puse a un extremo del mismo para empezar a arrastrarlo.

Entré en el apartamento y lo primero que hice fue buscar con la mirada a Danger. Al verla bajé los hombros.

Asentí ante las palabras de Danger y me coloqué junto a ella comenzando a empujar la cómoda.

Puse unas cuantas cosas más delante y después me tumbé en el sofá.
-Ah, por fin un poco de relax...- dije acariciándome la barriga por la comodidad mientras cerraba los ojos. Pasaron unos minutos hasta que volví a hablar -Escuchad... por vosotros solos no vais a sobrevivir ahí fuera. Necesitáis encontrar un grupo grande y un refugio bien preparado que os de seguridad.

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Carisma 10 + Liderazgo 3

El miembro 'Emily Skitter' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

'd10' : 6, 8, 4

-Por supuesto que precisamos de refugio- coincidí-. Un lugar al que poder volver, que sea seguro- me crucé de brazos, paseando por el salón-. Y poder seguir con la misión de Dios.

Asentí ante las palabras de Danger y caminé hacia el sofá de la sala de estar. La miré mientras me descolgaba la mochila.

-¿Tienes hambre? -pregunté.

-Sí- respondí, y caminé para sentarme en el sillón de al lado.

Puse mi mochila en el regazo y abrí la cremallera. Cogí la cantimplora y le di un pequeño sorbo antes de tendérsela a Scott.

Di un sorbo a la cantimplora y seguidamente la dejé abierta sobre la mesa del salón. Saqué una MRE de mi mochila y la abrí tendiéndole a ella la barra de chocolate que la misma contenía.

-Gracias- dije, cogiendo la barrita que me tendía.

Bajé las pestañas y le di un recatado bocado. El chocolate crujió al quebrarse y puse la palma de la otra mano debajo para que no se cayera el trocito que se había roto. Sonreí mirando a Scott, empujando con un dedo el trocito que se había roto y llevándome lo a la boca.


Seducir 4
Carisma 7
Seductor +2

El miembro 'Dangereuse Devereaux' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

'd10' : 1, 2, 7

Sonreí al ver cómo se llevaba el trozo de chocolate a la boca y agité una pequeña bolsita que traía carne salada. La abrí y saqué un poco dándole un mordisco. Mastiqué despacio y tragué.

-¿Está bueno? -le pregunté a la pelirroja.

Asentí.

-Es amargo- comenté.

Cogí un trocito de carne y me la comí después del chocolate. La combinación de sabores era extraña, pero agradable.

Sonreí y di otro sorbo a la cantimplora y abrí otra de las pequeñas bolsitas de la MRE. Era puré de patatas. Mordí una esquina para abrirlo y lo apreté hasta probar un poco. Estaba algo seco, pero bueno.

-¿Por qué decidisteis iros de vuestro refugio? ¿Tan grave era lo que ocurría? Pensaba que la iglesia era de los mejores refugios que existían ahora mismo...- dije pensativa mientras me tocaba la barbilla.

Miré a Scott un momento, y luego de nuevo a Emily.

-El refugio de la iglesia es el mejor para los supervivientes- dije-. Pero los siervos de Dios... Nos exigen ciega obediencia. En todo.

Asentí ante las palabras de Danger mientras masticaba en silencio.

-Como dice el nombre. Es el Refugio de la Iglesia, no de Dios.

Me la quedé mirando cuando dijo eso de que exigían ciega obediencia.
-Joder, pero con lo buenos que estáis como para prestar ciega obediencia. Dios, como echo de menos el sexo...

Levanté las cejas, al tiempo que mis ojos se desviaban directamente a Scott. Bajé la vista, ruborizándome ligeramente, y decidí que ya no tenía hambre. Guardé el resto de la comida y le di un sorbo a la cantimplora.

Alcé una ceja ante el comentario de Emily y di un último mordisco a la carne salada antes de guardarla. Tomé la cantimplora despues de Danger y di un par de sorbos antes de cerrarla y tendersela a la mujer.

-UUuuuh... Que silencio de repente- les miré sonriendo de oreja a oreja -¿Os incomoda? El tema del sexo, me refiero- reí divertida.

-No es un tema del que nos guste hablar. -respondí mientras devolvía las cosas a la mochila.

Me rasqué la cabeza y dejé el tema.


Hacía horas que todos dormíamos, había tres habitaciones, así que cada uno ocupó una. Me desperté teniendo una pesadilla y añoré el sudor frío y la respiración acelerada que servía se desahogo.
Fui al salón y miré la enorme luna plateada en el cielo. Me senté en la ventana, con la cristalera cerrada.