Una noche tranquila.
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Anarion :: Rol-On :: Distrito Oeste :: Base de la Iglesia.
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Re: Una noche tranquila.
Me incline hacia ella y por un momento tuve el impulso de besarla en los labios. Me refrené y desvié besando finalmente la comisura de los mismos. -Intenta descansar. -murmuré mirándola.
Walter Scott- Cantidad de envíos : 243
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Re: Una noche tranquila.
Giré la cabeza mirándole cuando me dio un beso, con la boca entreabierta.
-T-tú también- balbucí, y me levanté lo más dignamente que pude para ir hacia la puerta.
-T-tú también- balbucí, y me levanté lo más dignamente que pude para ir hacia la puerta.
Dangereuse- Cantidad de envíos : 376
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Re: Una noche tranquila.
La seguí con la mirada hasta que salió de la habitación. Me dejé caer de espaldas sobre la cama y resoplé cuando escuché la puerta cerrarse. Cerré los ojos con fuerza y me llevé las manos a la frente mordiéndome el labio inferior.
Walter Scott- Cantidad de envíos : 243
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Re: Una noche tranquila.
Llegué a mi habitación renqueando. Entré y me quedé un momento con la espalda apoyada en la puerta, respirando fuertemente por la nariz. Cerré los ojos y entreabrí la boca para dejar escapar el aire de un profundo suspiro. Me lamí los labios, y luego cojeé hasta el baño. Me quité el chaleco y lo dejé a un lado junto a la espada, luego empecé a desvestirme. Gruñí al levantar los brazos para quitarme la chaqueta, pero sobre todo la camisa. Me deshice de las botas y luego me saqué el pantalón con sumo cuidado. Mirándome en el espejo pude ver todos los cardenales. Los más feos estaban en las costillas y en los hombros, y en la espalda. Me miré las cicatrices de los latigazos y las acaricié con los dedos, luego posé mi mirada en el conjunto de lencería de encaje negro, tan delicado en contraste con la espada que empuñaba. Llevé una de mis manos a la comisura de mis labios, donde había besado Scott, cerré los ojos apenas rozando la piel con las yemas de los dedos.
Suspiré, y me quité la venda para volver a ponérmela después. Acabé de desnudarme y me metí en la ducha. Eché la cabeza hacia atrás soltando un gruñido de placer cuando el agua caliente me hizo sentir un escalofrío al contacto con mi piel. Me mordí el labio y colé una mano entre mis piernas. Estaba húmeda, y comprobarlo no hacía más que empeorarlo. Me acaricié, sentí alivio, sentí placer mientras recordaba el calor de su cuerpo, su olor y el sabor de sus labios. Entonces me agaché poco a poco hasta quedarme de rodillas, ya que me daba miedo perder el equilibrio con la herida. Apoyé medio cuerpo en la fría pared mientras seguía explorando mi intimidad con la yema del dedo corazón. No podía parar aún a sabiendas de que lo que hacía no estaba bien, pero no podía parar, y me rendí a semejante placer mientras pensaba en Scott. Me imaginé acariciando su torso, sus fuertes brazos, su pecho, su abdomen. Imaginé que volvía a besarme, y que entonces la culpa no me comía las entrañas y me dejaba acariciar por sus manos. Pronto los gruñidos se convirtieron en jadeos, y los jadeos en gemidos. Apoyé la frente en la pared.
Suspiré, y me quité la venda para volver a ponérmela después. Acabé de desnudarme y me metí en la ducha. Eché la cabeza hacia atrás soltando un gruñido de placer cuando el agua caliente me hizo sentir un escalofrío al contacto con mi piel. Me mordí el labio y colé una mano entre mis piernas. Estaba húmeda, y comprobarlo no hacía más que empeorarlo. Me acaricié, sentí alivio, sentí placer mientras recordaba el calor de su cuerpo, su olor y el sabor de sus labios. Entonces me agaché poco a poco hasta quedarme de rodillas, ya que me daba miedo perder el equilibrio con la herida. Apoyé medio cuerpo en la fría pared mientras seguía explorando mi intimidad con la yema del dedo corazón. No podía parar aún a sabiendas de que lo que hacía no estaba bien, pero no podía parar, y me rendí a semejante placer mientras pensaba en Scott. Me imaginé acariciando su torso, sus fuertes brazos, su pecho, su abdomen. Imaginé que volvía a besarme, y que entonces la culpa no me comía las entrañas y me dejaba acariciar por sus manos. Pronto los gruñidos se convirtieron en jadeos, y los jadeos en gemidos. Apoyé la frente en la pared.
Dangereuse- Cantidad de envíos : 376
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Re: Una noche tranquila.
Me respaldé en la pared sentado en la cama y tras unos segundos de duda me desabroché el pantalón hasta a tientas conseguir palpar mi miembro. Suspiré placenteramente cuando comencé a masturbarme. La imaginé cuando nos abrazamos, lo poco que me habría costado desabrocharle el pantalón y descubrir lo que tenía debajo. Mi respiración se fue acelerando y más lo hacia cuando la imaginaba subir y bajar sobre mi entre gemidos y suspiros. Poco a poco mi mano se acelero mientras ella lo hacia en mi mente hasta que llegué al climax con un gruñido, dejando caer los hombros y soltando el aire de mis pulmones.
Walter Scott- Cantidad de envíos : 243
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Re: Una noche tranquila.
Tema cerrado.
Jacques- Admin
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Anarion :: Rol-On :: Distrito Oeste :: Base de la Iglesia.
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