Días de sosiego.

Salí del coche con pesadez y caminé a paso lento hasta entrar en la casa. Lo primero que hice fue dejar caer la mochila en las escaleras, el reverso de la misma estaba manchado de sangre. Las subí y entré a la habitación de Indhina.

Cerré la puerta de su baño y me senté en el wc mientras me abría el chaleco, la chaqueta y me quitaba la camisa emitiendo un gruñido. Me miré las heridas, eran un total de tres lineas en el pectoral. Resoplé y abrí el botiquín sacando un pequeño sobre. Lo agité un poco y lo abrí echando el polvo que el mismo contenía sobre las heridas. Tensé los músculos y enseñé los dientes mientras golpeaba el puño cerrado contra la pared. Tomé y solté el aire varias veces antes de usar la cantimplora para limpiar la herida. Seguidamente enhebré la aguje con hilo y la acerqué a las heridas, me quedé mirándola, mentalizándome para el dolor que iba a provocarme. Estaba rodeado de las gasas usadas y manchadas y los envoltorios de las mismas más el del antiséptico.

Bajé del Toyota y me abrí una de las puertas traseras para coger mi mochila. Vi a Jacques salir y dirigirse a la casa mientras me quitaba el casco y lo dejaba sobre el asiento. Me solté el pelo y me pasé una mano por la frente y la cabeza para quitar los restos de sudor.

- ¡Agua!- exclamó Pam, que se acercaba a mí corriendo. Me plantó un sonoro beso en la frente y yo me reí-. Voy a darme un puto baño con las sales afrodisíacas que tienen tus papaítos.

-Joder, no me cuentes eso- me reí.

-Eh, tía Indhi.

Sonreí a Ben y le di un beso en la mejilla diciéndole que estaba bien. Entonces metí medio cuerpo en el coche para quitar las llaves del contacto y vi las manchas de sangre del asiento del copilo.

-Me cago en la puta... ¡Ben!

- ¿Qué pasa?- preguntó el muchacho, asomándose.

-Limpia eso- le ordené-. Sanitario de los cojones- farfullé mientras echaba a andar hacia la casa-. ¡¿Dónde está Jacques?!

-Ha subido arriba, creo- me respondió Barry, en la puerta.

Subí las escaleras y me encontré con la mochila del médico. La cogí y le busqué, primero en el dormitorio común, luego en la sala habilitada para los heridos, y por último, y ya no se me ocurrían más sitios, mi habitación.

Cuando llegué, la puerta del baño estaba entre abierta. Me asomé, sin llegar a entrar, y vi cómo limpiaba sus heridas y golpeaba la pared con un puño. Me mordí el labio, arrugando el entrecejo, y entré cuando vi la aguja.

- ¿Me has mentido para que no me pusiera nerviosa?- pregunté, y me arrodillé delante de él- Déjame eso a mí...

Alcé la mirada y la observé. -¿Me he... golpeado contra una puerta? -murmuré imitando la típica excusa de mujer maltratada. Era un chiste tan cruel como malo.

Me humedecí los labios y la miré, seguidamente bajé la mirada a la aguja y se la tendí. Sería más fácil así.

Me puse a su altura y presioné la piel de alrededor para tener un punto de apoyo. Clavé la aguja despacio y la pasé.

-Hacía años que no cosía una herida- dije al cabo de un rato, cuando llevaba medio corte cosido.

Gruñí con suavidad al notar como cosía la herida y bajé la mirada para ver como lo hacia.

-Se te da bien. -musité

Tomé una gasa abierta y fui limpiando la sangre que emanaba poco a poco de las heridas.

Inteligencia 8
Medicina 5
Sanitario
3d10x2
2d6x2

El miembro 'Jacques' ha efectuado la acción siguiente: Dados lanzados:

#1 'd10' : 8, 1, 4

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#2 'D6' : 5, 3

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#3 'd10' : 9, 2, 10

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#4 'D6' : 1, 3

Sonreí de lado y me mantuve concentrada en mi tarea. No era cierto, no se me daba especialmente bien, pero lo hacía con toda la delicadeza posible.

-No me mientas- le pedí, al cabo de un rato, ya con el tercer arañazo-. No cuando te hieren. Por favor.

-Soy médico. Te mentiré y te diré la verdad cuando lo necesites, no antes. -respondí mientras acababa de coserme el tercer corte.

Cuando acabó tomé un rollo de vendas y comencé a vendármelo despacio, apretando los dientes cada vez que alzaba el brazo.

-Déjame a mí...

Tomé las vendas y continué yo. Tenía la espalda ancha, así que me tocaba pegarme a él cada vez que pasaba la venda por detrás.

-Médico, sí. Pero soy la responsable de que vuelvas con vida al refugio. Si vuelvo con medio médico, Pam me mata.

-En realidad el responsable de que sigáis con vida soy yo. -respondí mientras me vendaba. -Si intentas ocuparte de todo te volverás loca. Todos somos capaces, no tienes que estar atenta para darle un empujón a cada uno cuando lo necesite, tranquila.

Cuando acabó moví los brazos y suspiré al notar el alivio. El dolor cesaba y la presión de la venda ayudaba a ello. Podía volver a moverme con libertad y sin miedo a una punzada de dolor.

Bajé la cabeza soltando aire por la boca, y entonces me levanté, recogiendo las gasas sucias esparcidas por el suelo para tirarlas.

- ¿Mejor?- le pregunté.

Asentí, me incliné y abrí uno de los bolsillos del chaleco para sacar el tabaco.

-Me sentaré un momento en la cama si no te importa. -dije mientras me levantaba junto a ella y la miraba. y me di cuenta de la altura que le sacaba al tenerla tan cerca. Pasé a un lado y salí del baño sentándome en la cama.

Salí del baño tras él.

-Claro, mi cama es tu cama- respondí con cinismo y buen humor, haciendo un gesto alargando un brazo.

Cogí mi cajetilla de tabaco de encima de la mesa. Saqué un cigarrillo y la agité, pero no había más.

-Genial- gruñí, llevándome la boquilla a los labios y encendiéndolo. Luego me senté a su lado.

Encendí mi cigarro y di una larga calada, luego la miré durante unos segundos.

-El agua levantará la moral al resto, estarán de buen humor durante una buena temporada. -murmuré.

Me miré, a mi tampoco me iba a venir mal una ducha, estaba manchado de sangre seca y suciedad despues de tanto tiempo sin darme una en condiciones y usando para lavarme las toallitas húmedas de las MRE.

-Y tanto- dije-. Lo bien que sienta un baño caliente no tiene nombre.

Hasta me aliviaba el cansancio sólo pensar en ello.

-Y el calentador de agua es eléctrico- sonreí de lado, y le di una calada al cigarrillo.

-¿Qué más se puede pedir? -sonreí de medio lado y di una nueva calada al cigarro expulsando el humo por la nariz mientras me pasaba la lengua por los labios.

-Estamos en buena temporada.

Me fijé en cómo se humedecía los labios. Lo hacía a menudo, igual que guardarse una bala antes de salir, y guardarla al volver. Me mordisqueé el labio inferior antes de dar una nueva calada y expulsar el humo lentamente.

- ¿Por qué una bala?- pregunté- ¿Por qué guardas una bala siempre?

-Para cuando esos monstruos me acorralen no estar ahí cuando me coman. -respondí. -Prefiero ser yo mismo mi ejecutor que darles a ellos el placer.

Volví a dar una nueva calada al cigarro y suspiré observando la habitación hasta finalmente posar mi mirada en sus ojos.

-Mmh- me acerqué la boquilla a los labios y aspiré-. Tiene sentido, sí.

Le miré, dándome cuenta de sus ojos eran dos profundos pozos negros.

Me froté la barba despacio generando un áspero sonido y me pasé la punta de la lengua por la herida del labio con suavidad. Ya apenas me dolía y estaba mejor. Si no recibiera heridas más rápido de lo que me sanaban habría sido buena señal.

Carraspeé, y volví a mi cigarro.

-Pues guarda dos, en vez de una, y luego me pegas un tiro a mí también- sonreí y le di las últimas caladas al cigarrillo.

La miré y asentí. -Así lo haré. -respondí dando también las últimas caladas al cigarrillo. Me incliné junto a ella apoyando una mano en la cama y lo apagué en el cenicero mientras me humedecía los labios con la lengua.

Giré la cabeza para fijar la mirada en otro punto. Tenía que limpiar un poco el polvo. Empezaba a acumularse.

-Nos tomaremos unos días libres- comenté-. Y si no sale nadie, mejor.

Asentí a la par que volvía a mi posición y levantaba el brazo apoyando la mano libre sobre la herida. Estaba bien y era un alivio saber que no iba a perder movilidad.

- ¿Tienes hambre? ¿Quieres que suba algo para comer?- le pregunté al ver el cuidado que llevaba al levantar el cuerpo y volver a sentarse.