Mandato del rey.

-¡Bârzul...!- Maldije, reprimiendo un gruñido de dolor a causa de la herida.

Almenos me había cargado a uno, con la mano en el hombro y apoyado en el hacha, observé como el muchacho estaba acorralado. De pronto la bruja tiró de mí alejándome del combate:

-¡Brrr...! ¡Suéltame! ¡Hay que acabar con esos cerdos...!- Grité enfurecido mientras movía las cortas piernas, cómicamente.

La maga cayó de culo al tirar del enano, pesaba demasiado como para arrastrarlo. El bandido al que amenazaba Daura levantó la mano de su arma mientras gorgoteaba sangre, no le quedaría mucho para morir.

Jans levantó la vista ante la advertencia de la maga y corrió en la ayuda de Alan. El bandido se giró a tiempo de frenar el golpe alto de la espada del soldado dándole la espalda a Alan.

El bandido envuelto en fuego cayó finalmente al suelo carbonizándose poco a poco mientras un fuerte y desagradable olor a carne humana quemada llenaba el ambiente.

Mal movimiento muchacho.
Lanzé mi espada horizontalmente, buscando la espina dorsal del bandido, si esquiva eso, bien merece seguir viviendo.

.

Dejé caer al bandido hacia delante, tenía la mano empapada en sangre y me resultaba desagradable, balanceé la daga en el aire intentando deshacerme del exceso de sangre y la enfundé de nuevo. Corrí hacia los demás buscando a Joya con la mirada.

El bandido vociferó una maldición cuando el mandoble se hundió con fuerza en su espalda y antes de que pudiera reaccionar la espada de Jans rebanó su cuello. El bandido cayó al suelo inerte como sus compañeros.

¿Todos bien? - Preguntó Jans dando un corte al aire y luego envainando despacio. - Tenemos que irnos, el olor a carne quemada atraerá a las bestias y se pondrá mucho peor.

Vi como caia el cuerpo inerte del bandido a mis pies y suspiré, habia estado cerca, esta noche creo que no dormiré, afilaré bien mi espada..
-Sí, estoy bien. ¿Daura, Erik, estáis bien?
Me giré para examinar la situación y me acerqué al Enano.
-Eso no tiene buena pinta, pero no creo que mueras.
Le di unas palmadas suaves en el hombro sano y miré a Jans.
-Te seguimos, compañero.

-¡Hijos de una ogra! ¡Panda de goblins! ¡Excrementos de troll...!- Todo lo que me pasaba por la cabeza lo soltaba en estos momentos.

Me caí también por el tirón de Eris y allí me quedé sentado, alzando el hacha con el brazo izquierdo (mientras la saeta seguía clavada en el derecho) y lamentándome de que las madres de los bandidos hubieran traído al mundo semejantes sabandijas. Me quedé mirando a Alan cuando dijo "no creo que mueras":

-¡Pues claro que no! ¡He soportado cosas peoresrgh...! -Detuve por un instante mi lengua y continué- Eso sí, hay que sacar esta saeta, ¡demonios!

Recogí a Joya detrás de un matorral en el que se había resguardado del fuego, casi tiritaba de miedo, y esta era mi gran fiera...
-Yo estoy bien, no será más que un chichón.

Me acerque también a Daura a asegurarme de que era verdad.
-Sí, se te pondrá morado.
Algo raro tenia esta muchacha, parecia como si ocultase algo. La observé detenidamente, pero no determiné nada.
-Bueno, pongamonos en marcha.
Me acerque a Jans y le di las gracias.

El soldado asintió ante su agradecimiento y volvio a continuar el camino. - Caminaremos hasta alejarnos lo suficiente, nos meteremos en una de esas arboledas, descansaremos y sanaremos al enano, si lo veis oportuno. - El sol comenzaba a ocultarse y las sombras se alargaban. La brisa comenzó a volverse mas fría haciendo que los poros de la piel se resintieran.

Me pasé el resto del camino hacia la arboleda maldiciendo por haber sido tan lento y que el bandido hubiera podido disparar y refunfuñando por lo bajo la misma frase:

-Y allí sanaremos al enano si lo veis oportuno... Y allí sanaremos al enano si lo veis oportuno...- Imité con voz ridícula- ¡Me llamo Erik, no "Enano"!

.

Noté el resquemor en las palabras de la maga, pero no me dí por aludido. La verdad que habia sido un desliz absurdo, ella solo se habia caido al suelo y creo que alguien que es capaz de quemar a alguien es capaz de levantarse por su propio pie.
Además que no me gusta nada la forma que tiene de hablar con todos, demasiada dulzura..¿Que tipo de Hechizos podria murmurar? Sin duda alguna no era de fiar. No estoy ni seguro de que su aspecto sea como nos muestra..Muchos pensamientos sombrios me envolvían mientras avanzamos hacia la árboleda..

.

El grupo caminó durante 15, puede que 20 minutos y Jans acabó por adentrarse en una de las arboledas. Buscó un pequeño claro entre los arboles y apoyó su escudo contra uno. - Aquí estaremos bien. Necesitareis fuego para tratar la herida del enano a no ser que seáis sanadores. Una hoguera nos refugiará de las bestias de la noche.

El claro es un claro circular que debe medir unos diez metros de lado a lado. Rodeado de arboles y mas arboles no deja apenas ver el exterior de la arboleda siendo un fue refugio natural contra la brisa helada.

Miré a la Maga.
-Quizás ella pueda ayudarte. Se le da bien quemar cosas. Iré a buscar leña, a no ser que haya algun voluntario para salir ardiendo..
Sonreí a la maga, ignoro si se lo tomará bien, pero no queria llevarme mal con nadie. No por el momento.
-¿Alguien me ayuda?

-Pues a mí se me da bien encontrar leña.- dije en voz bajita sonriendo.
Dejé a Joya en el suelo, que se revolvió buscando un echadero, y me puse en pié, alisándome las faldas.

.

Me senté cerca del centro del claro y asentí con el ceño fruncido mirando a Eris:

-Cuando quieras, estoy preparado-

Y dejé el hacha a mi lado, junto con la mochila. Mi capa roja serviría de manta.

El soldado miró al enano y a la mujer. - Partid la flecha, sacad la pluma en una dirección y la punta por donde le ha atravesado. Si tiráis le destrozareis el hombro y se lo dejareis inútil. Luego cerrad la herida con fuego, hará que no se infecte y que comience a sanar debidamente.

Jans se sentó quitándose el cinturón con las vainas de su espada y daga y dejándolo junto a el. Abrió su morral y sacó queso y pan envuelto en tela. Apoyó la comida en sus muslos y se quitó el casco dejando ver un rostro fino y joven, ojos azules y pelo negro.

.

Me andentré un poco en la maleza, no parecia muy complicado encontrar leña.
-¿Como lo llevas Daura, encuentras algo bueno?
Andaba con cuidado pues cada vez veia menos.
-Me ví muerto antes..¿Tu también usas mágia? Solo te vi con el puñal..

-Magia... es un modo de llamarlo.- sonreí de medio lado para mí misma diciendo esas palabras.
Noté unos arbustos vibrar cerca, pero esta vez no resultaba muy amenazante, saqué la daga dando un par de tajos a través de las ramas, para luego sacar tirando de la pata un conejo muerto y las manos ensangrentada.
-La cena.- musité con una sonrisa.

Sonréi a Daura.
-Genial, yo ya tengo suficiente leña. Seria buena idea volver al campamento, ¿Que te parece?
Sonréi a Daura, esperando su aprobación.