Necesidades vitales de supervivencia

-Estoy bien, gracias- le respondí a la mujer. Solté un suspiro de alivio al recuperar el ritmo de la respiración, y sentía como el nivel de adrenalina había bajado hasta darme un estado de cansancio. Me llevé una mano a la boca en esos momentos, tenía que vomitar. No haber dormido apenas, haber estado dos días sin comer, el miedo que había pasado junto con la carrera, me estaba pasando factura. -Disculpad tengo que...

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1-5 vomito
5-10 consigo aguantar las ganas

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'd10' : 4

Me quedé mirando al hombre cuando hizo la pregunta del millón, quizá intentando evaluarle y llegar a algún tipo de conclusión que me diera alguna pista.

-Unión- respondí al final.

Levanté las cejas cuando la chica se llevó la mano a la boca e hice un gesto instintivo. Le di un empujoncito en el hombro para que no me potara en el pantalón, aunque las botas no se salvaron del todo.

-Me cago en la puta- gruñí.

- ¡Qué cojones haces, niña!

-Para- pedí con la mano en la boca -Para el coche por favor- pedí conteniendo la respiración para intentar aguantar las ganas. Eso no había terminado. Dios, era asqueroso... me había llenado la mano, el pelo, y los zapatos de vómito... Asqueroso y vergonzoso.

Hice una mueca y alcé los pies lo justo para no mancharme por el vomito. Los estiré un poco y apoyé las puntas en la parte baja del asiento delantero.

Observé a la chica vomitar y le sujeté el pelo haciéndole una coleta en la nuca mientras daba otra calada al cigarro.

Miré hacia atrás. Pete blasfemaba y soltaba improperios.

-Para, Pete- le dije, y le palmeé el hombro.

Salté del coche y me aseguré de que no hubiera nada alrededor que pudiera sorprendernos. Cogí a la chica de un codo y tiré de ella.

-Venga, vamos...

Bajé con ayuda de la mujer, caminé un poco hasta sujetarme en una farola y seguí vomitando hasta que no me quedó nada en el estómago. Al terminar eché la cabeza hacia atrás, estaba sudando y el aire fresco me aliviaba. Con manos temblorosas busqué en mi mochila, cogí el agua, y bebí lentamente. Menuda mierda, joder. Dos días sin comer, y ahora vomitaba lo único que tenía en el estómago. Como continuara así podía enfermar por defensas bajas.

Me quedé en el coche mientras las dos mujeres salían. Me dediqué a mirar por el retrovisor al viejo mientras fumaba. El también me miraba a mi.

Le di un par de palmadas en la espalda.

- ¿Mejor?- pregunté.

Me acerqué al coche y saqué la alfombrilla. La tiré al suelo sin más. Ya bastante de ese olor iba a quedar en el coche como para dejar eso ahí. Le hice un gesto a la chica con la cabeza.

-Sube delante. Y si quieres volver a potar, saca la cabeza por la ventana.

La excusa era perfecta para mantener vigilado al tipo del cigarrillo. No es que no me fiara de él, es que había aprendido a no fiarme de nadie. Subí de nuevo en la parte trasera y cuando la chica entró, Pete nos sacó de allí.

-Lo siento- me disculpé sinceramente por la vomitona a los presentes una vez sentada de nuevo dentro del vehiculo. Me quedé con la botella de agua en la mano para seguir hidratandome. -Por cierto... em... Me llamo Vi- me presenté por educación, después de todo nos habían salvado, y no me habían pegado una paliza por joderles la tapiceria del coche, y no me habían dejado ahí. ¿Podrían haberlo hecho? Si, y cosas peores.

Despegué la mirada del retrovisor cuando volvieron al coche. Me pegué un poco más a la ventana cuando la mujer se sentó detrás y di otra calada al cigarro. Miré a la chica. Al menos estaba bien. Era normal que hubiera vomitado.

-Jacques. -dije de forma escueta.

-Indhira- respondí-. Y ya conocéis a Pete- palmeé su hombro, y el viejo vaquero soltó un bufido mordisqueando el palillo que llevaba en la boca-. ¿Me invitas a uno de esos, Jacques?- le pregunté, tanteando el terreno.

Giré la cabeza hacia la mujer y la miré durante unos segundos. Volví a abrir el bolsillo de mi chaleco donde guardaba la cajetilla de tabaco y saqué la misma. La golpeé contra mi palma un par de veces y finalmente le tendí uno de los cigarros. Encendí el zippo y lo acerqué a ella.

No pude evitar sonreír un poco, mirando por el retrovisor. Jacques era una buena persona. No le importaba compartir lo poco que tenía. Después de haber visto solo en cuestiones de semanas desde que ocurrió lo del sótano de mis abuelos, lo que era capaz de hacer la gente y hasta que punto llegaba la maldad de las personas, ver cosas así me hacían pensar que quizás no estaba todo perdido. Confiaba en Jacques, ¿pero que querían Pete e Indhira?
-¿Estáis en un refugio?- les pregunté, girando un poco la cabeza para mirar al anciano.

-Un refugio, sí- oí al viejo Pete responder.

Me incliné un poco hacia delante para que la punta del cigarrillo prendiera, mirándole a los ojos. Su cara no me decía absolutamente nada. Cogí el cigarro con un par de dedos y di una calada volviendo a mi posición.

- ¿Eres militar, o estás solo?- pregunté, sin rodeos, y exhalé el humo.

Aparté el mechero cuando se encendió el cigarro y guardé el mismo como la cajetilla. Di una calada a mi cigarro y miré hacia delante cuando el viejo respondió. Volví a mirar a la mujer cuando habló.

Me palmeé los galones y la cruz del hombro. -Equipo de rescate. Sanitario.

Asentí con la cabeza ante la respuesta del anciano.
-¿Cuantos sois?- pregunté. Estar en un refugio con mucha gente también traía problemas, sobre todo ahora que por simplemente una discusión podían reventarte la cabeza hasta esparcir tus sesos por el suelo.

- ¿Equipo de rescate?- pregunté con cinismo- El ejército no piensa salvar a nadie más que a su propio culo- le di una calada al cigarrillo y solté el humo con deliberada lentitud,

Vi por el retrovisor a Pete mirándome cuando la chica preguntó cuántos éramos en el refugio.

-Unos quince- respondió-. Mocoso arriba, mocoso abajo.

- ¿Vas a volver con ellos..., Capitán?- pregunté al sanitario- Piensa bien tu respuesta- No era una amenaza. Era una advertencia.

Volví a girar la cabeza hacia la mujer y alcé lentamente la ceja mientras daba otra calada al cigarro. -No pertenezco a los militares que rondan por aquí. Mi helicóptero se estrelló en la ciudad y mi unidad murió con él. No tengo planeado volver con nadie. -respondí para seguidamente soltar el humo del cigarro sin separar la mirada de los ojos de la mujer.

-¿Entonces habíais salido a buscar supervivientes?- le pregunté a Pete, por curiosidad. Si no tenían suficiente alimento para mantener a un grupo, estaba claro que no iban a recoger a más. Si necesitaban a gente era una buena señal, desde luego.

-Bien- murmuré, con el cigarrillo entre los labios, y me eché hacia atrás en el asiento. Alargué una mano y le di a Pete dos brutales palmadas en el hombro-. ¿Has oído, Pete? Ya respondo yo por él.

Le di otra calada al pitillo y solté el humo por la nariz.

-Estas cosas pasan- murmuré-. Sí- respondí a la pregunta de la chica-, y ha habido suerte, al parecer.

Di una nueva calada al cigarro y giré la cabeza apoyando un codo en la ventana y la sien en la mano mientras miraba por la misma. Expulsé el humo en un suspiro.

Tiré de mi rifle y me lo recoloqué en el regazo por comodidad. Tiré de la correa y me la ajusté al hombro. Era muy incómodo ir en coche con el equipo militar completo.

Me quedé un rato en silencio. En realidad todos lo hicimos. Empezó a aminorar la marcha, parecía que estabamos a punto de llegar. Me empezaron a entrar los nervios ahora que nos presentarían al grupo. Esperaba que fuera bien. Nunca se me había dado demasiado bien relacionarme. Siempre había pasado el tiempo haciendo fotos, jugando a videojuegos, y la mayoría de mis amigos excepto mi mejor amiga, les conocía por internet.
"Vas a tener que mostrar tus mejores cualidades sociales, Vi"

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