Refuerzo de playa.

Las pequeñas naves de transporte aterrizaron en la playa. Las balas comenzaron a impactar contra las mismas. Mantenía la vista fija en el frente. La parte trasera de mi transporte se abrió, desplegándose y dejando una rampa para que bajáramos.

Corrí hasta que mis pies tocaron la arena de la playa. Al otro lado de la misma, bunkeres, trincheras y nidos de ametralladoras de la resistencia humana. Corrí por la arena hasta lanzarme tras un montículo de la misma, a cubierto. Eramos mas de un centenar, teníamos que tomar la playa. Las naves no nos podían dejar mas atrás de la misma por el fuego antiaéreo. Algunos cadáveres de los nuestros ya poblaban la playa. Un sonido atronador lleno el cielo y al poco, una nave de transporte se estrelló en mitad de la playa, provocando una fuerte explosión. Las balas recorrían toda la zona, al igual que las explosiones y los gritos. Todo era un caos. Miré por encima del montículo y me giré, colocándome boca arriba con el rifle sobre el pecho. -Vamos allá.

Salí de la nave en la que viajaba y comencé a correr por la playa hasta que una explosión me hizo saltar a un lado, me arrastré hasta un montículo, para cubrirme de las balas y poder respirar un poco.
-Será mejor que no asomes demasiado la cabeza. -sugerí al soldado que parecía a punto de salir de allí.

Me asomé por encime del montículos, apuntando sin precisión y disparando. -¡Hay que tomar la cabeza de playa! -Grité por encima del sonido de las balas, mi voz era grave y rasposa. -¡Vamos! -Me levanté y eché a correr por la playa, los impactos de balas y proyectiles explosivos hacían saltar la arena de alrededor. Llegué hasta la linea fronteriza, cubierta de alambradas, tras ella, otro plano liso de arena y luego, las trincheras humanas, sobre ella, en las pequeñas montañas naturales, los bunkeres y nidos de ametralladoras.

Me dejé caer tras el montículo de arena que se usaba para dar soporte a las alambradas y que cruzada toda la playa. Comencé a arrastrarme hasta cubrirme y volví a girarme boca arriba, con el fusil en el pecho. -¡Ingeniero! -Grité.

Corrí por la playa ahora, detrás del beclonius que parecía tener la iniciativa, desviandome en algunos momentos, pero llegando puntual al siguiente montículo.
Ingeniero, ese desde luego no era yo. Saqué la pistola por encima disparando un par de veces.
-Malditas ametralladoras.

Un soldado beclonius, con una gran mochila a la espalda se dejó caer junto a nosotros. -¡Haz una vía! -Le grité. Comenzó a colocar cilindros bajo la arena, todos estos conectados por cables a su mochila. -¡Carga! -Gritó. Me giré a un lado, a metro y medio de las cargas, dándoles la espalda. La pequeña explosión destrozó las alambradas e hizo un improvisado camino, otros grupos también empezaban a usar dicha técnica. En la playa ya no quedaban soldados, no vivos. Todos estaban tras los montículos de las alambradas generando vias de acceso. -¡Adentro! -Grité, corriendo hacia las trincheras, podían verse algunas cabezas asomadas y humanos disparando en nuestra dirección.

Me aparté de la explosión, girando sobre la arena. Me volví a levantar, corriendo por el hueco de la alambrada y hacia delante, a las trincheras.
Agarré el mango de las dos katanas, que se cruzaban a la altura de mi cintura, en la espalda, deseando entrar en el combate.

Sujeté el rifle con una mano y desabroché una granada de mi chaleco, la anilla quedó pegada al mismo. -¡Granada! -La lance y esta cayó dentro de la trinchera, la explosión levantó tierra y el cuerpo de algún humano. Corrí y me lancé dentro de la trinchera, refugiado por el humo. Sujeté el rifle con ambas manos y comencé a disparar a los soldados desorientados.

El fuego se hizo más intenso, los beclonius empezaban a cruzar nuestras líneas. Un soldado entró en el bunker desde el que disparábamos.
-¡Han roto la alambrada, están en las trincheras!-

Un pequeño grupo de soldados salieron al exterior, les seguí mientras recargaba mi fusil. Por suerte habíamos preparado varias líneas de defensa, y me había tirado media tarde enterrando minas y explosivos incendiarios. Me cubrí tras una trinchera, preparando los detonadores y dejándolos a mano.Asomé un poco la cabeza para observar el panorama, la primera línea estaba llevándose una buena paliza, apunté al beclonius más cercano y abrí fuego contra él gritando.

-Matad a esos cabrones genocidas!!-

No envejecemos. -Golpeé con la culata a uno de los humanos, haciendo que cayera de espaldas. -No morimos. -Apunté con el rifle a otro soldado que descargaba su pistola sobre uno de los míos, tardé poco en apretar el gatillo. -No olvidamos. -Bajé el rifle, disparando al humano que había tumbado previamente. La trinchera ya estaba tomada y teníamos cobertura. Los supervivientes de la primera y oleada comenzaron a rematar a los humanos heridos que quedaron con vida. -¡Traed a los tuneladores! -Grité con mi voz grave.

Observábamos desde nuestras posiciones la masacre a la que se sometían nuestros camaradas, disparé un par de ráfagas a un atacante que se disponía a saltar sobre nosotros con una especie de lanza. Calló de bruces a inpactar las balas contra su pecho y cabeza.
Un par de soldados trajeron una maetralladora rotatoria, que situaron a unos metros de nosotros, tras unos sacos. Una vez armada comenzaron a disparar a los Beclonius, ante la nueva potencia de fuego comenzamos a disparar contra los que aún no se habían cubrido tras la trinchera. Tenía el detonador en uno de los bolsillos del pantalón, esperando el momento de hacerles saltar por los aires, justo cuando cargasen.

Escuché el lema de los beclonius.
-¡No olvidamos! -repetí gritando a pleno pulmón mientras le daba un golpe de gracia a uno de los pocos humanos que quedaban en pie, dos tajos a la altura del pecho le hicieron caer. Lancé un tajo al aire, limpiando de sangre ambas katanas, enfundándolas posteriormente.
Los humanos seguían disparando y los beclonius respondían, aunque al tener ambos cobertura pocos caían. Excepto los que aún no habían llegado a la trinchera, se lo estaban poniendo bastante dificil.

Comenzaban a corear su maldito lema mientras ejecutaban a sangre fría a los heridos. Se desató un malestar en la trinchera, de no ser por los cascos sería visible el rencor y el odio en nuestros rostros. Algo a lo que estábamos acostumbrados, se empezó a escuchar un murmullo que enseguida acalló un suboficial.
-Silencio! vamos a vengar a nuestros hermanos, recuerden Swelor!-

Se alzó un vítore al que me uní sin dudarlo, alzando nuestras armas de forma amenazante.
-Recordad Swelor!

-Vamos a dejar que esos invasores ocupen la tierra de nuestros padres y de nuestros hijos!? ¡Que nadie retroceda!-

Volvieron a disparar las armas, derribando a la mayoría de los que aún no se habían cubierto. La artillería de costa efectuó sus últimos disparos, debido a la cercania de nuestra posición a ellos.

Otro Beclonius cargado con un aparato parecido a un lanzallamas, una especie de rifle con una gran perforadora en la punta, el arma estaba unida por un cable a una gran mochila de baterías. Tardaron poco en llegar mas como el. -¡Ahora! -Todos los tuneladores comenzaron a excavar a la vez, creando varios tuneles desde la trinchera, en dirección a la siguiente trinchera, evadiendo las minas, el fuego enemigo y los explosivos.

Me llevé las manos a las katanas, desenfundando unos centímetros, en cuanto llegasen al otro lado habría que correr. Miré los taladros, que ahora utilizabamos para atacar a los humanos y que hace mucho tiempo era usados para escavar en las minas, resultaba irónico.

Algunas de las paredes de la siguiente trinchera se derrumbaron, nuestros soldados comenzaron a salir de los agujeros. Un soldado raso se interpuso en mi camino y me disparó con su pistola en el hombro. Lo miré y ladeé la cabeza. -No morimos. -Levanté el rifle y disparé una ráfaga sobre su pecho. Miré a mi alrededor, los humanos de esta trinchera comenzaban a caer como los anteriores. Me adelanté, golpeando con la culata el estomago de uno de ellos, haciendo que su espalda golpeara contra la pared de tierra. Antes de que pudiera recomponerse lo rematé. -¡Seguid así soldados del gran Mariscal, el estaría orgulloso de vosotros! -Grité. -¡No olvidamos! -Se grito al unisono.

Utilizaron túneles, debí imaginarmelo...en un terreno como este no se molestarían en atacar por la superficie. Maldiciendo por mi fallo activé los explosivos, quizás les alcanzaran o aturdiesen. Una gran explosión de fuego se elevó a pocos metros de la trinchera, me agaché para que no me alcanzase, al tiempo que colgaba el rifle en mi espalda, en una trinchera donde el combate era cercano nada era mejor que una escopeta. Un túnel se abrió a mi lado y un Beclonius armado con una especie de taladro se giró hacia mí gritando, no dudé y le disparé al pecho, haciendo que volviese a entrar en el tunel de espaldas.
Uno de mis compañeros lanzó una granada al interior, nos cubrimos tras la trinchera y el túnel desapareció.
-Adelante! no les cedais ni un solo trozo de terreno-

Gritó uno de nuestros oficiales al tiempo que disparaba a un beclonius a quemarropa.
Al escuchar sus gritos No olvidamos...no morimos..pensé -Nosotros tampoco-
Comenzaban a hacernos retroceder a los nidos de ametralladora y fosos de tirador más apartados, la ametralladora pesada comenzó a girar, disparando prácticamente a quemarropa a los beclonius que aparecían de los túneles.
Continúe disparando, poco a poco nos aproximábamos más a ellos, causando bajas pero a un alto precio.
-Se nos echan encima! seguid aguantando!-

Grité al tiempo que disparaba a quemarropa a un Beclonius por la espalda, haciendole elevarse grotescamente.

Armé el fuego secundario de mi rifle, apuntando a uno de los humanos y apretando el gatillo. El disparo de escopeta lo hizo caer de espaldas. Tiré de la corredera, haciendo que cayera un casquillo al suelo. Me giré y apunté a otro de ellos, apretando el gatillo y disparando. Cada vez quedaban menos humanos y llegaban mas tuneladores seguidos de mas Beclonius. Apunté al siguiente humano, disparándole, tirando de la corredera y volviendo a disparar. Dejé caer el cargador del fusil y lo recargué, comenzando a meter mas cartuchos de escopeta por la corredera secundaria, solo tenía capacidad para cuatro.

Salté fuera del hoyo con las espadas ya desenvainadas, golpeando con una el rifle de uno de los soldados, haciendo que este disparase al aire, mientras cortaba con la otra su torso. Me moví rápidamente detrás de otro de ellos, empujándolo hacia uno de los hoyos por donde salían más beclonius con una patada.
Levanté la mano cuando alguien volvió a corear parte del tema.

Continué disparando prácticamente a quemarropa, cada vez se ponía más difícil y los beclonius dominaban el cuerpo a cuerpo, eran rápidos.
Me salio al paso uno de ellos, armado con un subfusil y una espada. Antes de que me apuntase intenté disparar, el arma estaba sin munición y tube que lanzarme a por él, golpeandole con la culata en el estómago. Se dobló pero al segundo recuperó la postura, intentando lanzarme una cuchillada. La esquivé haciéndome a un lado y agarrándole de la muñeca, soltó el subfusil y llevó su otra mano a la empuñadura de la espada, intentando hacer más presión. Comenzaba a flaquear, pues era más débil que yo. Le propiné una patada haciendo que se callese de espaldas mientras desenfundaba la pistola y abría fuego contra él, liquidandolo.
Recogí mis armas y comencé a recargar, pasando por encima del cadáver.

¡Traed las antorchas! -Grité. Otros beclonius, parecidos a los tuneladores pero con armaduras mas gruesas, aparecieron desde los túneles. Llevaban dos bombonas a la espalda, se oía el liquido chapotear dentro de ellas, estaban conectados a una manguera y esta a un tipo de dispersor con una llamita frente al mismo. -¡Calcinadlos! -Grité. Las llamas comenzaron a llenar la trinchera. La mayoría de los beclonius con algo de armadura no se vieron afectados por ella. Los que no, también empezaron a caer quemados.

Noté calor en el ambiente, me giré y observé a los lanzallamas beclonius comenzar a rociar las trincheras, los hombres calcinados comenzaron a correr y moverse, intentado apagar las llamas que envolvían su cuerpo. Se ordenó la retirada al siguiente nivel, comencé a correr por el corredor que llevaba a la siguiente trinchera mientras cargaba el lanzagranadas de mi fusil de asalto, preparé 3 granadas, 2 explosivas y una de humo. Cargué la de humo y la lancé para cubrir la retirada de nuestros hombres, solo se distinguían las llamas y el origen de estas. Cargué una granada y disparé, esta describió un arco al cruzar el humo y explotó, haciendo saltar por los aires en una bola de fuego a uno de los lanzallamas. Lancé un grito de júbilo, antes de cargar la siguiente granada y llegar a la nueva trinchera.

Las llamas pasaron sobre mi armadura, sin afectame lo más mínimo. Aunque observando como los humanos caían calcinados y también algunos compañeros, pero era algo necesario.
Observé la retirada de los humano tras la endeble capa de humo. Deberiamos continuar sin detenernos, no eran suficientes y estaba demostrada la superioridad.
Me quedé a cubierto, esperando que los beclonius más blindados empezaran el ataque o que usaran los tuneladores de nuevo.

Había, un soldado lanzando granadas, una bola de fuego llenó parte de la trinchera, envolviendo a muchos de los nuestros, solo unos pocos no se vieron afectados por su armadura. -¡Seguid avanzando! -Uno de los bunkeres explotó. Un pelotón y grupo de tuneladores junto a una antorcha, había cavado un túnel hasta detrás de la linea, ya habían comenzado a hacer estragos. Ahora las trincheras y nidos, formaban una ratonera.

Un bunker saltó por los aires, los cascotes cayeron a nuestro alrededor. Otro grupo de beclonius, bastante armado trataba de rodearnos. Poco a poco se convertía en una lucha sin cuartel, mano a mano por cada metro de terreno. Comencé a correr hacia una de las piezas de artillería de la playa, seguido por un par de compañeros.
Nos resguardamos en el foso rápidamente, escuchando las balas silbar por encima de nuestras cabezas. Allí un oficial con una radio dirigía la defensa del perímetro, se le veía acalorado.
-No me jodan! si cae ese búnker nos terminarán de rodear, ¿Sabe lo que eso significa?.....¿Sí? pues entonces sigan disparando-

Se giró para mirarnos, a modo de pregunta.

-Aquí el cabo Jennins, nos están dando bien allí abajo...somos los restos del peloton de Baker-

El hombre se quitó la gorra y la lanzó sobre la radio para volver a ponersela.

-¿El peloton de Baker?....maldita sea, supongo que se le han cargado tambien...van a tomar esa pieza de artillería ligera y dar todo el apyo posible a ese búnker, queda claro?-

Asentí y corrimos hacia la pieza de artillería, comenzamos a cargarla y uno de mis compañeros montó en ella, apuntamos hacia los beclonious que nos flanqueaban y abrimos fuego. Los casquillos de los proyectiles comenzaron a amontonarse, a nuestro alrededor teníamos varias cajas de suministros.

¡Soltad a los perros! -Ahora que teníamos parte de la trinchera general controlada, podíamos hacerlo. Comencé a moverme junto a las antorchas y tuneladores, avanzábamos a paso lento. Una fuerte explosión asomó tras el bunker y los nidos de ametralladora. Habían destruido una batería antiaérea.

Un rugido llenó los túneles, de ellos, decenas de canes metálicos y con luces rojas salieron corriendo a cuatro patas. Eran ágiles, sus dientes afilados como cuchillas y su armadura tan gruesa como la de una antorcha, las balas rebotaban contra ellos. Comenzaron a correr por las trincheras, abalanzándose sobre los soldados. -¡Artillero! -Un beclonius armado con un lanzacohetes se acercó a mi. Miré el búnker y luego lo señalé. -¡Destruyelo! - Se preparó y disparó el primer misil, que falló por bastante.

Desenfundé mi pistola y hundí una bala sobre la frente del Beclonius, recogiendo el arma y recargándola. Me la acomodé al hombro y apunté.